Melvin es un borde. No soporta a la gente. Tampoco a los animales. Es racista, sexista, machista, homófobo, egoista, antisemita, maniático e intolerante. Así va por la vida hasta que se atraviesan en su camino dos seres humanos y un can que resultan ser grandiosos en su propia pequeñez cotidiana.
Son muy pocas las cosas que Melvin (JACK NICHOLSON) es capaz de soportar en esta vida. Salir de su apartamento y encontrar en el pasillo a Verdell, el perrito de su vecino, no es, precisamente, una de ellas. Así que, sin pensárselo demasiado, lanza al can por la trampilla de la basura. Y es que, en la neurótica y paranóica mentalidad de Melvin, no debían existir, negros, judíos, homosexuales, mujeres ni animales. El incidente con el perro le procura una discusión con Simon (GREG KINNEAR) que, aparte de ser el dueño de la molesta mascota, tiene tres graves defectos: es gay, artista y encima amigo de un negro (CUBA GOODING J.R.).
La calle está llena de peligros para un tipo como Melvin. En principio, porque está llena de gente, y entre sus manías más agudas, está la repulsión que le produce el contacto físico. Por eso, sale poco. Sin embargo, todos los días, a las once en punto, va a comer al mismo restaurante, donde ocupa siempre la misma mesa, a la que lleva sus cubiertos de plástico por temor a los gérmenes y donde, forzosamente, tiene que ser atendido por Carol (HELEN HUNT), la única camarera en todo el planeta capaz de soportar sus manías.
Así organiza Melvin todo en su vida y nada puede fallar en su rutina. El día que Carol no va a trabajar porque su hijo, con dificultades respiratorias, ha empeorado, decide pagarle un médico privado solamente para que la camarera pueda ir a asistirlo en su ritual y rutinaria comida. Al mismo tiempo, se ve obligado a quedarse con el perro Verdell, después de que Simon es atacado en su casa por unos ladrones que le propinan una paliza que lo manda directo al hospital.
Estas nuevas realidades van transformando su mundo de eqoísmo, pedantería, e intolerancia. Y aún más, las circustancias llevarán a Melvin a realizar otro acto altruista: viajar con el convaleciente Simon para ver a sus padres fuera de Nueva York. Y, en la aventura, Melvin, caprichosamente decide arrastrar a Carol. Pero este viaje por carretera, que une en un mismo coche a tres seres que parecen absolutamente incompatibles, cambiará de forma definitiva el resto de sus días.
Y esta es la historia de como un intolerante se convierte en un ser adorable tras encontrarse con un perro, un homosexual y una camarera.
CRÍTICA
El secreto de la comedia, lo tiene el comediante, el género es terreno difícil de arar y en él, los actores no están socorridos por deslumbrantes efectos. Dejando de lado las consideraciones de si MEJOR... IMPOSIBLE, de James L. Brooks, es, efectivamente, una comedia o un melodrama, hay que decir que el diseño completo de su arquitectura narrativa está al servicio de su comediante, un Jack Nicholson que encontró aquí un papel hecho a las medidas de sus posibilidades. Que sus compañeros de reparto, los hasta entonces medianamente conocidos, Helen Hunt y Greg Kinnear, brillen con luz propia dentro de la película, tiene más que con sus respectivas capacidades para sacrle partido a lo que tenían sobre el papel que a la generosidad del guón para con sus personajes. Así son las cosas, los méritos del producto final son responsabilidad absoluta de sus intérpretes.
Dentro de MEJOR... IMPOSIBLE todo orbita al rededor de Melvin Udall, un tipejo que concentra en su cabeza las fobias más temidas por todos los que son partidarios de lo políticamente correcto. El juego y, al mismo tiempo, el reto del guión es conseguir que el espectador logre empatía con este personaje que tiene todo a su favor para ser odiado. Y a lo largo de 138 minutos, una duración francamente inusual para cualquier comedia light, los guionistas James L. Brooks y Mark Andrus, logran su propósito. Que duda cabe, hay concesiones y trampas para lograrlo. La transición del personaje es forzada, creíble únicamente porque todo está servido desde la perspectiva de la comedia, un género capaz de soportar tales brusquedades sin que apenas se sienta.
Melvin recuerda al Scrooge de UN CUENTO DE NAVIDAD, de Dickens. Su maldad es una suerte de venganza por todas sus carencias y si el antihéroe de Dickens se redime ante el espíritu de la fiesta de la fiesta de la Natividad, Melvis sucumbe ante la calidad humana de aquellos que le rodean. Él da hiel y recibe dulzores. Suelta insultos y le devuelven comprensión. En este sentido, MEJOR... IMPOSIBLE es como un cuento moral. Es casi una fábula, que busca a través de su personaje central el perdón primero y la catarsis purificadora después. En un primer bloque del metraje se muestra la vengadora cara social del personaje, la de un insociable, un intolerante, un maniático que se siente agredido por todo y por todos. Pero, de pronto, comienza a ceder. Y, es curioso que sea un perro el detonante del cambio. Quizá por ello la película originalmente se iba a llamar A DOG´S STORY. Porque es en la soledad de su casa, espiado por la cámara, cuando el hombre más borde del planeta comienza a ofrecer los matices de su revés, a intimar y a jugar con el chucho.
A partir de aquí, el espectador comienza a concederle el benefico de la duda. Que le pague un médico privado al hijo de la camarera, probablemente tenga que ver con su propia comodidad y egoísmo pero quiza, en el fondo, también lo hage porque le conmueve la situación de la mujer. Estos acontecimientos se mueven inicialmente sobre arenas movedizas, pero pronto avanzan hacia tierra firme, hacia una auténtica transformación y redención del personaje. Los antagonistas de Melvin están diseñados para que funcionen dentro de la historia exactamente como eso, como los antagonistas de Melvin. Con todos sus problemas domésticos, económicos y laborales, la bondad y el carisma de Carol parecen existir únicamente para convertirse en piedras en el zapato de este hombre amargado. Por otro lado, está Simon, artista y homsexual. Aunque es de agradecer que no caiga en los esterotipos y lugares comunes, su preferencia sexual adquiere verdadera relevancia solamente como un elemento provocador que aviva los fuegos intolerantes del personaje central.
James L. Brooks mueve su película, convenientemente, como una comedia pero la abona con suficiente sensiblería para que todo se deslice hacia lo tragicómico rozando no pocas veces lo melodramático. A la larga, el género es lode menos. MEJOR... IMPOSIBLE es, en definitiva, la película de Melvin y, en consecuencia, es también la película de Jack Nicholson.
"Aquí la cosa va de buenos sentimientos, cuando se necesitan, pero no es una historia blandengue ni sentimentaloide, va de diálogos inteligentes que provocan sonrisas y algunas carcajadas, pero no es una película cómica. Este guión de Mark Andrus y James L. Brooks, que también la dirigió, es una comedia de las que exigen atención constante e incluso, intentan la participación interactiva. Osea, que es de las buenas."
UNA FÁBULA MORAL CON PERRO AL FONDO
Helen Hunt (Carol). Carismática y atractiva, Helen Hunt encontró la oportunidad de su vida en la camarera Carol de MEJOR... IMPOSIBLE, por la que consiguió un Oscar, Traía a sus espaldas un largo camino como secundaria en numerosas películas y un rol relevante en la serie de televisión MAD ABOUT YOU. Su intervención como experta en tornados de TWISTER hacía pensar que su carrera se deslizaría por derroteros más comerciales.
Greg Kinnear (Simon) se le recordaba por su intervención como secundario en el remake de Sabrina, y era conocido en Estados Unidos como conductor del programa de televisión Talk Soup. Conquistó corazones homos y heteros con su notable interpretación de Simon en MEJOR... IMPOSIBLE, por la que consiguió una nominación al Oscar.
Cuba Gooding J.R. Frank) tras ser descubierto por John Singleton en LOS CHICOS DEL BARRIO, comenzó una ascendente y exitosa carrera, la que culminó con el Oscar al mejor actor de reparto en JERRY MAGUIRE.
Verdell, tras 15 semanas de entrenamiento, dos perros de raza grifón de Bruselas, se intercambiaron el papel: Timer y la afortunada perrita Jill, que es la que se lleva las partes más graciosas.
PELÍCULA COMPLETA (EN CASTELLANO)
Lou Ferre
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